Xin Liu, una muela en el espacio

Sónar+D

La artista e ingeniera china habla de sus acciones y reflexiones cósmicas

Xin Liu este viernes en el Sónar+D

Xin Liu este viernes en el Sónar+D

M. Ch.

La imagen satélite de la ciudad natal de Xin Liu, capturada por Google Earth, muestra un erial con casas perfectamente ordenadas. El gobierno chino mandó allá a sus abuelos con la orden de levantar una ciudad dedicada a la extracción del petróleo. Y lo cuenta en una charla en el Sónar+D la propia artistas e ingeniera que se hizo notoria hace un lustro, al enviar una muela del juicio suya al espacio exterior. Una parte de ella que viajó en una máquina construida con materiales robóticos. Investigadora del MIT –participó en la creación de un tatuaje que advierte de dolencias–, la artista que ahora reside en Reino Unido lanza una pregunta desde el escenario barcelonés este viernes: ¿estamos prestando atención al “metabolismo cósmico”, el de nuestro planeta, que se ve afectado por la infraestructura tecnológica en las últimas décadas?

“Esta es una representación de SpaceX del asentamiento en Marte. La semejanza con mi ciudad natal tiene mucho sentido: la cuadrícula estrechamente dispuesta sobre el paisaje árido es la arrogancia, el poder, el ego, la tenacidad y el potencial de la humanidad por encima de la resistencia y a veces la hostilidad de la naturaleza”, dice enfundada en una paraca naranja con cuello Mao.

“El plan de SpaceX de asentamiento en Marte es como la cuadrícula de mi ciudad natal: poder, ego y arrogancia”

En lugar de una selva tropical o un océano resplandeciente, esa es la experiencia que tuvo Xin Liu con la naturaleza: una confrontación cruel entre los humanos y nuestro planeta, afirma. “Por eso, siempre me pregunto como artista: ¿qué pasa si la naturaleza deja de ser amorosa y se vuelve hostil? ¿Y si la muerte es inevitable? ¿Cómo encaramos un mundo que ya hemos herido tanto?”.

En la sala contigua del Sónar Día, el dúo electrónico Plaid extasía al público de la tarde con una escalada tecno de primer orden mientras Xin Liu repasa sus trabajos “sobre la muerte”. Como el de los restos de naves espaciales que ella misma buscó y encontró en China, y que le costó sacar del país para hacer esculturas, pues aún se consideran armamento: no pueden ser exportados.

Esos artefactos que caen en las montañas de Altái, en Mongolia, justo debajo de un puerto espacial de Rusia, o en ese Punto Nemo en el Pacífico Norte, el lugar más alejado de cualquier masa de tierra, le llevan a plantearse el concepto de Terra nullis, tierra de nadie... “Ahí donde van a parar los desechos industriales, técnicos, y diría que también políticos, abandonados por nosotros. Desde el siglo XVI el término se usó para justificar la ocupación europea de tierras colonizadas. Actualmente, el terra nullius está más allá de la línea de Kármán, a 100 kilómetros sobre la Tierra. El espacio exterior no pertenece a ningún país, pero no está protegido por nadie. Por ahí orbitan innumerables artefactos, ya sea funcionales, retirados... o basura”.

Su visión del ovario criogénico (o la congelación de óvulos)

Su visión del ovario criogénico (o la congelación de óvulos)

M. Ch.

Pensando en esos cuerpos, los cambios del cuerpo y el tiempo... la artista se enfrentó a su propio reloj biológico y acabó hablando de criogenia de óvulos, “soluciones para el tiempo, o al menos para el tiempo que no vale la pena gastar hasta que sea útil y productivo”. También abordó la durabilidad de los plásticos y esa escultura de resina en la que representa una fuente de petróleo...

“Buscando restos de cohete, me encontré con una ciudad fantasma al noroeste de China, cerca de donde nací. El petróleo se agotó y todos se fueron. Cuando era niña, los adultos siempre decían: ‘Quedan 15 años’. Ese era el presagio de muerte”.

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