El momento es delicado en el Espanyol. Joan Garcia, nuevo ídolo y artífice en parte de una permanencia soñada, se marcha, a falta de oficialidad, y cruzará la Diagonal para unirse al máximo rival. El reguero de jugadores de la casa o referenciales que se han ido en los últimos años invita a la decepción entre la afición perica. Garcia es la gota que colma el vaso. ¿En qué ídolo creer cuando nadie apuesta por el club?
La respuesta es Javi Puado, que, según han confirmado fuentes cercanas al jugador a este diario, renovará en los próximos días y se convertirá en el jugador mejor pagado de la plantilla.
El jugador llegó a buscar piso en San Sebastián, pero lo frenó todo después de la salvación del equipo
La historia de Puado en el Espanyol es casi idílica. Desde su irrupción en el primer equipo ha sido un jugador importante. Salvo un año cedido en el Zaragoza, su carisma y su devoción por la entidad ha disparado el cariño de la grada hacia él. En el campo, ha correspondido con entrega defensiva y goles. Marcó 12 en el ascenso del 2021; 16, incluidos los dos del partido decisivo contra el Oviedo, el curso pasado. Este año ha sido el máximo goleador del equipo con 12 goles. Desde que llegó al primer equipo nadie ha marcado más que él, siendo además quien más ha anotado en la historia del RCDE Stadium. En total acumula 57 goles en 211 partidos desde el 2018, el año de su debut. Ya es el undécimo máximo goleador de la historia blanquiazul.
Pero, con 27 años y terminando contrato el próximo 30 de junio, el jugador debía tomar una decisión. Una disyuntiva nada fácil, que ha ido fluctuando en los últimos meses. Puado aseguró que esperaría a saber en qué categoría jugaría el Espanyol antes de tomar una decisión. Y lo hizo, pese a tener un acuerdo verbal con la Real Sociedad, que le ofrecía un estatus económico acorde con sus méritos deportivos. Hace meses, en la mente del jugador pesaba más la opción de San Sebastián. Por más que su intención siempre fue cumplir con su palabra y esperar, la incertidumbre que existía en la entidad le invitaba a marcharse. De hecho llegó a buscar piso en la ciudad donostiarra, aunque nunca lo formalizó, según reconocen fuentes cercanas al jugador.
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Pero Puado cumplió su palabra. Espero y esperó. Fue paciente. Marcó el penalti que abrió el marcador en el partido decisivo contra el Las Palmas. Salvó al Espanyol. Y como sucedió tras el ascenso, fue sacado a hombros del estadio. Ahí todo cambió.
Fran Garagarza nunca arrojó la toalla. Siempre consideró el de Mutriku que esta era la operación prioritaria de este mercado al entender que Puado debe ser el jugador referencial, el líder del equipo. “Para nosotros es un referente por su profesionalidad, exigencia y liderazgo, y por ser un referente para la cantera. La buena noticia es que él quiere estar en el Espanyol, eso es excelente. Es perico hasta el tuétano”, dijo en rueda de prensa hace una semana.
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Esa tarde, frente al Las Palmas, Puado se convenció de que el Espanyol es el lugar donde quería seguir. El cariño recibido le hizo tomar la decisión definitiva. Días después del final de Liga confirmó a varios compañeros del vestuario que sus dudas habían desaparecido, que su intención era seguir. El jugador ya conoce la oferta del club y en los próximos días ambas partes se reunirán para ponerse de acuerdo. La decisión ya está tomada. Puado se convertirá en el jugador mejor pagado de la plantilla y se erigirá definitivamente en ese líder que no abandona el barco en los malos momentos, en ese canterano que busca el bien del club por encima de sus objetivos personales. Puado será del Espanyol. Porque quiere. Porque es perico.
