En 1963 Valencia inauguró la primera feria española del mueble, madera y mimbre. Tiempo después pasó a llamarse Feria Hábitat Valencia, e incluso entre 2014 y 2016 se celebró de la mano de Fimma+Maderalia y Cevisama. Ahora, otra vez, esa sinergia con el sector azulejero ha encendido las alertas. No habrá edición en febrero, como en los últimos años, sino que habrá en septiembre un ‘Cevisama Contract’ al mismo tiempo que, igual que hace una década, Feria Habitat Valencia, además de Textilhogar y Espacio Cocina. ¿La razón? Sin las grandes firmas en los pabellones, inmensos, del recinto ferial valenciano, la viabilidad estaba comprometida, apuntan distintas fuentes consultadas.
Viene de lejos. En 2023, tras dos años sin edición por la pandemia, la feria reabría sus puertas en un nuevo contexto en el que los showrooms, las exposiciones privadas en las fábricas de las azulejeras, cogían cada vez más fuerza. Los expositores cayeron aquella edición un 36% respecto al año precovid y los metros de exposición, una aún más espectacular, del 47%. La organización puso en marcha una “ambiciosa” campaña de atracción de visitantes, pero en ese tiempo en blanco, las empresas habían desarrollado nuevas estrategias y, como todos, habían hecho de los encuentros por Zoom y las visitas virtuales parte de su trabajo comercial.
Aquel regreso fue, además, el de la salida de Pamesa de la feria, que se sumó a la nueva tendencia de las muestras privadas con la segunda edición, en las fechas de Cevisama, de su “Cerámica Experience”, evento que desarrolla en sus instalaciones para recibir a clientes nacionales e internacionales. Como Pamesa, también estaba ausente Porcelanosa, que desde hace tiempo había apostado por atraer a sus clientes en su propio espacio sin participar en la feria. Diversas fuentes explican que la retirada de los grandes ha sido el detonante del reciente cambio.
La patronal azulejera asegura que el paradigma ferial “está cambiando a nivel global, y resulta imprescindible explorar nuevas fórmulas”
La decisión, “puramente técnica”, explican, se tomó en el comité organizador de Feria Valencia en el que participan, entre otros, la patronal ASCER que posteriormente dijo que esta era “una solución temporal para una parte de los expositores”. Fuentes de la patronal aseguran que “el paradigma ferial está cambiando a nivel global, y resulta imprescindible explorar nuevas fórmulas que se alineen con las tendencias actuales: oferta multisectorial, contenidos de valor añadido, captación de nuevos segmentos de visitantes, herramientas comerciales más eficaces para los expositores, etc. entre otras mejoras”.
Mientras, en la provincia de Castellón este movimiento no ha sido especialmente bien recibido; e incluso la alcaldesa de Castelló de la Plana, Begoña Carrasco, le pidió al jefe del Consell el pasado miércoles en un desayuno en València que “salvara” la feria.
Manuel Herrero, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Equipamiento para Baño, también estaba en la reunión: “Nos pareció bien porque el Cevisama de toda la vida estaba en caída libre, y había una queja de los distribuidores porque tenían que ir a Castellón y Valencia para ir a los otros showrooms”, explica a La Vanguardia. Si han dinamitado las propias empresas del clúster cerámica una cita imprescindible para el sector es para muchos la pregunta. La consellera Marián Cano dijo que “es el sector el que ha querido hacer este paso”y apuntó que “iremos con el sector donde el sector quiera”. La clave es si este quiere ir de la mano. Como en la financiación, o la lengua, otra vez, la desunión encima de la mesa.
Feria Valencia quiere garantizar la feria
Cevisama es fundamental para el modelo económico de Feria Valencia. Su ultimo estudio de impacto económico (2022) elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), asegura que este es un evento anual “clave por su relevancia, tanto por el número de expositores y visitantes como por su diversidad geográfica”. Su cancelación en la pandemia afectó negativamente a los resultados anuales de la institución, e influyó sobre el impacto que la propia Feria Valencia ejerce en la región. “No perdemos Cevisama e iremos con el sector donde el sector quiera”, dijo días atrás la consellera Marián Cano, presidenta de su consejo de administración.