Las constantes físicas son valores numéricos que no cambian con el tiempo, como la velocidad de la luz o la gravitación universal. Son infalibles y ayudan a hacer predicciones, definir unidades de medida o formular leyes. Son tan universales, que se dan incluso en la corrupción y los escándalos políticos. Ante el sorprendente giro de guion de lo que empezó como caso Koldo, pasó a ser el caso Ábalos y acabó esta semana en el caso Santos Cerdán, he reconocido algunas invariables leyes de la física de la corrupción.

Santos Cerdán aparece en el informe de la UCO sobre la trama de corrupción
El cerebro en la sombra. Como el Juan Antonio Roca del caso Malaya, a falta de conocer todos los detalles del informe de la UCO que ha tumbado de forma contundente a quien era el número tres del PSOE, parece que era él, Santos Cerdán, el que movía los hilos para conseguir comisiones a cambio de obra pública. Y el que colocó a Koldo García al lado del entonces secretario de organización del PSOE y ministro, José Luis Ábalos, para sumarlo y continuar con un sistema que ya se había estrenado, como mínimo hace una década, en la comunidad de Navarra.
Absolutamente todos creen que a ellos no les pillarán y que si roban es porque se lo merecen
Las constructoras. Sea el caso Palau y el 3% de CiU, la Gürtel y el listado de Bárcenas del PP, Marbella y miles y miles más de instituciones hasta llegar a Torredembarra, ellas tampoco fallan y engordan las comisiones a costa de hinchar el coste de la obra pública.
Grabaciones. Desde que en el pleistoceno de los años ochenta el entonces tesorero del PP, Rosendo Naseiro, fue imputado por financiación ilegal con escuchas hechas a teléfonos de baquelita, hasta llegar al comisario Villarejo, aquí todo el mundo aprieta el botón rojo de grabar como seguro de vida. Esta semana, a través de una filtración periodística, Koldo García ha amenazado con difundir todo el material que tiene guardado y en Madrid repartían tila en los despachos enmoquetados.
La cara dura y el sentimiento de impunidad. Todos, absolutamente todos, creen que a ellos no les pillarán, que son los más listos de la clase y que si roban es porque se lo merecen.
He aplicado un método científico a todo este asunto, por gata vieja y por no desanimarme y continuar teniendo fe en la democracia y la política, a pesar de todo. El plan B es todo esto y más tapado con una manta dictatorial.