La Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM) participan en una investigación que revela que compartir de forma repetitiva preocupaciones por WhatsApp amplifica el malestar emocional en mujeres y jóvenes.
El estudio apunta que la “rumiación abstracta”, que consiste en pensar repetidamente en los problemas, se asocia a mayor nivel de sintomatología depresiva. Además, según la universidad madrileña, compartirlo con otras personas, especialmente a través de WhastApp, “intensifica el efecto” e “incrementa el malestar emocional”.
El estudio, publicado en Personality and Individual Differences, distingue entre rumiación “concreta” (centrarse en hechos específicos y posibles soluciones) y “abstracta” (pensar repetidamente en causas hipotéticas y consecuencias futuras de los problemas), y sostiene que la última es la que se asocia a mayores niveles de sintomatología depresiva.
Rumiación abstracta
Expresar repetitivamente emociones negativas aumenta el riesgo de depresión y ansiedad
Dicho efecto se intensifica cuando esas preocupaciones se comparten de forma repetitiva en conversaciones cara a cara y, especialmente, a través de WhatsApp. Dolores Fernández Pérez, investigadora de UCLM, explica que compartir reiteradamente emociones negativas con otra persona puede fortalecer vínculos afectivos, pero también refuerza patrones de pensamiento negativos y aumenta el riesgo de depresión y ansiedad.
Por todo ello, los investigadores resaltan que los resultados del estudio ayudan a comprender mejor cómo ciertos patrones de pensamiento y comunicación —especialmente en entornos digitales— pueden contribuir al malestar emocional en jóvenes y mujeres.
Para llevar a cabo el estudio, 329 jóvenes de entre 18 y 35 años —el 70,8% mujeres— completaron cuestionarios estandarizados sobre rumiación, co-rumiación y sintomatología depresiva en centros de la UCM y en el Centro Joven Municipal de Albacete. Posteriormente, se realizó un análisis en el que se emplearon herramientas estadísticas.
Los autores del trabajo consideran que estos hallazgos pueden ser útiles para diseñar intervenciones en el ámbito educativo o clínico que ayuden a identificar estos patrones y promover formas más saludables de expresar las preocupaciones.
Además, tal como apunta la UCM, los resultados del estudio se pueden usar como base para guiar a las familias, docentes y profesionales, de forma que sepan detectar dinámicas de riesgo y puedan actuar de forma preventiva.